Santiago
Padrós Elias
1918-1971
Biografía
Nace en Terrassa, el 4 de Junio de 1918. Hijo de Josep Padrós Fontanals y Antonia Elías Verdaguer.
Junto a su hermano Josep cursa sus primeros estudios en el colegio de los Padres Escolapios de Terrassa, donde recibe una profunda formación religiosa que se verá reflejada posteriormente en toda su obra.
Desde muy joven, demuestra sus dotes innatas para el dibujo y la pintura, aptitudes que sus padres y maestros supieron encauzar, y ya en el Instituto Elemental de Enseñanza Media, donde estudia secundaria, recibe clases de dibujo a cargo del escultor Carlos Armiño.
Tiene 18 años al estallar la guerra civil española, participa en las Brigadas de Navarra, en el frente de Aragón, en Guadalajara y en Cataluña.
Vuelve a su ciudad natal ostentando la Cruz del Mérito de Campaña, la Cruz Roja del Mérito Militar, la Medalla Militar Colectiva y la medalla de campaña 1936-1939. Al terminar la guerra es Sargento de Ingenieros y cadete de la Escuela de Alféreces Provisionales de Ávila.
Después de la guerra, Santiago Padrós, prosigue con su formación artística que compagina con sus primeros encargos que serán en un principio pictóricos.
Son tiempos difíciles de posguerra, donde todo está por reconstruir, sobre todo iglesias y conventos, pero también obra civil.
En 1939 con 21 años, pinta el altar mayor del Colegio de las Hermanas Carmelitas de la Caridad de Terrassa.
Retoma su formación en Humanidades y durante los años 1942 y 1943 cursa Historia en la Universidad de Filosofía y Letras de Barcelona mientras asiste a las aulas de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi, "La Llotja" y entra en contacto con la Escuela paisajista de Olot.
Cuenta Santiago Padrós en una entrevista que le hace Camilo José Cela: "Mis primeras muestras de mosaísta las hice en Alemania en el año 43; fui pensionado a la Escuela de Maestros Pintores de Kronenburg, con una beca de la Institución Alexandre von Humboldt. Visité las fábricas de mosaico de Berlín y Munich, y al regresar a España empecé a trabajar con una fe sin límites. Desde entonces ya no paré, ni de trabajar, ni de viajar. En el 45 fui a Italia, a perfeccionarme en la técnica de los mosaístas antiguos y conocí las manufacturas del Vaticano, Venecia y Rávena, donde se sigue la tradición de los maestros bizantinos de los siglos V y VI". El Correo Literario, Madrid 1 de marzo de 1951.
Amplia sus estudios en los talleres de los escultores Georg Kölbe y Arno Brecker ambos en Berlín y Joseph Thorak en Munich. Viaja a Austria y Checoslovaquia.
"Desde niño siempre pensé en el dibujo y en la pintura como arte monumental, el arte aplicado a la arquitectura: el fresco, el temple y el mosaico. De estas tres técnicas, la que, a mi juicio, mejor puede complementar a la arquitectura en su decoración es sin duda, el mosaico. Por su perennidad, el mosaico puede aguantar el paso de los siglos sin sufrir. El mosaico no ha de parecer pintura, por la misma razón que la pintura no ha de parecer mosaico. Los caminos son diferentes y quizás las limitaciones técnicas del mosaico -que son también sus propias virtudes- le añadan un misterioso encanto."
"Fui pintor y soy pintor. Los murales de mosaico los creo primero en el boceto, en el cartón, que es pintura. Sigo siendo pintor".
Descubrirá que es precisamente en esa técnica artesanal del mosaico donde se siente mas identificado para poder desarrollar su fecunda trayectoria artística. Todo su aprendizaje como gran dibujante y pintor lo podrá volcar en un arte que requiere unos grandes conocimientos sobre los antiguos oficios menestrales.
En la inauguración del mosaico de la Virgen de la Capilla en Jaén, al ser preguntado como sintió su vocación hacia el arte musivario, contestó: "en mis estudios me fue dado conocer las posibilidades que un arte tan remoto ofrecía a la decoración y arquitectura actual. Y me sentí irresistiblemente inclinado hacia esta modalidad". 11 de Junio 1959 por José Chamorro.
El mosaico por su gran plasticidad encontrará en la vidriera su complemento perfecto para devolver a los templos su grandiosidad y espiritualidad.
Para la ejecución de sus obras Santiago Padrós se prepara como sólo él sabe hacerlo. Crea maquetas, en yeso, a escala de sus proyectos o acude al dibujo lineal para, mediante perspectivas, recrear el espacio donde encajará sus mosaicos o vidrieras.
Cuando se trata de ejecutar un mosaico para una bóveda, tiene en cuenta la deformación que sufrirán sus figuras, provocada por la propia forma cóncava, así como la altura existente desde la cúpula al suelo, a fin de que el ojo humano no lo perciba.
El arte musivario es una técnica terriblemente compleja y totalmente artesanal. Cuando le encargan una obra busca la temática mas idónea para la consecución de su proyecto. Hace un somero estudio del emplazamiento y su ubicación. Toma notas y al mismo tiempo va haciendo pequeños apuntes a mano alzada. Estos pequeños apuntes irán cobrando forma, hasta convertirse en un boceto a escala donde ya establece la composición del espacio, para posteriormente desarrollarlo con mas detalle y darle vida y color mediante sus pinceles. Es tan minucioso al plantear el boceto que entre el boceto y el mosaico terminado hay muy pocas diferencias, no deja ningún detalle al azar.
El siguiente paso es trasladar ese boceto a los cartones a tamaño real -era frecuente verle subido a una gran escalera en el estudio de su casa de Madrid para poder abarcar las enormes dimensiones de sus proyectos- estos cartones, posteriormente, servirán de plantilla a su equipo de artesanos para poder engastar en el taller las teselas.
De allí se procedía a la colocación en la propia obra, siempre bajo su dirección y supervisión -hay numerosas fotografías suyas subido a andamios para realizar los últimos retoques-.
Santiago Padrós lo explica de esta manera: "Antes se efectuaba el dibujo sobre el propio mosaico y luego se procedía a las faenas de barnizado y cocido. Hoy hacemos previamente el cartón como en un negativo fotográfico y luego se despieza y se pegan cada una de las teselas con un procedimiento parecido a una calcomanía".
Su primera obra destacada en mosaico la realiza para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid "Minerva dominando al león" en el año 1944.
En 1946 comienza los mosaicos de la Abadía de Montserrat, obra que le llevará varios años.
Se conservan de esta época pinturas sobre tabla como la que representa al Abad Oliba, patriarca de la cultura, que hoy, gracias a la donación de la familia Padrós Alavedra, ha pasado a engrosar el fondo de pintura del Museo de Montserrat.
En 1951 en una entrevista que le hizo Camilo José Cela manifestaba: "Empecé por instalar un horno para fabricar las teselas de esmalte vítreo que necesitaba para mis mosaicos y que no encontraba".
A finales de los años 40 Santiago Padrós junto con su hermano Josep atraídos por el tipo de vidrio que se fabrica en la isla de Murano, viajan a orillas del Adriático para conocer in situ tal preciada técnica y de la mano de sus artesanos traerla aquí.
"Después amplié mi trabajo porque, una vez en Murano, visitando el Museo del Vidrio pude admirar los bellos vidrios catalanes del siglo XVI cuya tradición se había olvidado y quise resucitarlos y actualizarlos".
Santiago Padrós encuentra en su hermano Josep, su mano derecha, su mejor colaborador en todo lo referente a la fabricación y comercialización de todos los productos relacionados con el vidrio. No sólo fabricarán objetos decorativos tipo Murano como centros de mesa, lámparas o espejos venecianos, bajo el nombre de -Regiopistrina- sino también las teselas vítreas -Vitraico- con las que realizará a partir de entonces la mayoría de sus monumentales mosaicos, y el vidrio plano -Duxcrom- para montar sus colosales vidrieras. Ningún material puede dar tal variedad de matices y colores como el vidrio.
En 1949 les conceden la medalla de oro de la Exposición de Artesanía Artística de Madrid.
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Son del año 1951 los mosaicos que cubren el ábside de la Iglesia de S. Miguel de Molins de Rey, donde el artista se vale como modelos de algunos personajes famosos como el poeta Joan Maragall, también de miembros de su familia como su esposa, su sobrina y él mismo.
Es este mismo año cuando recibe el encargo más trascendental de su carrera artística, la colosal Cúpula de la Basílica del Valle de los Caídos de 2.000 m2. de proporciones semejantes a la de San Pedro del Vaticano, mide 40 m. de diámetro. Fue requerido Santiago Padrós por el Arquitecto Dtor. de la obra Diego Méndez a quien presentó una maqueta con su proyecto que fue aprobado a finales de 1951. Necesitará cinco años para poder llevar a cabo tal magna obra en la que empleará más de cinco millones de teselas.
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Su creación artística parte de la idea románica del Pantocrátor, divide la cúpula en cuatro partes, y asigna a esta gran figura de ocho metros de altura, la principal, la que da frente a la entrada. Querubines alados lo rodean y a sus pies unos ángeles sostienen los instrumentos. A un lado y otro los santos héroes de España y los santos mártires capitaneados los primeros por Santiago su patrón y los segundos por S. Pablo, ascienden en pirámide. Para completar la majestuosidad del conjunto representará frente al Pantocrátor la Ascensión de la Virgen María.
En total realizará unas cuatrocientas figuras, con un tamaño mínimo de dos metros y medio cada una. Todo el fondo de la cúpula lo concibe a base de teselas fabricadas con vidrio y pan de oro que conferirán grandiosos reflejos dorados y suplirán la falta de luz natural.
Para una obra de tal envergadura pondrán a su disposición los grandes espacios del Teatro Real de Madrid que aún no ha sido restaurado después de la guerra. Allí Santiago Padrós valiéndose de la reproducción de una octava parte de la cúpula, va realizando los enormes cartones, que después se convertirán en el grandioso mosaico que la habrá de recubrir.
Por motivos de trabajo, Santiago Padrós, a partir de los años 50, vivirá a caballo entre su domicilio en la capital, donde tiene su gran estudio con vistas al monte de El Pardo y su segunda residencia, en su Cataluña natal, en la provincia de Tarragona, concretamente en Coma-ruga, frente al mar Mediterráneo. Su fachada estará presidida por un mosaico que representa Neptuno y que dará nombre a la casa.
Serán muchos los proyectos realizados por Santiago Padrós en esta zona de la Costa Dorada. La mas importante sin duda la que realizó para la Iglesia de S. Ramón en el año 1962. Pero también dejó su impronta en la fachada del cine o en el vestíbulo del Hotel Brisamar con el mural de las Naves Fenicias entre otras.
Tarragona, que siempre se ha caracterizado por su gran riqueza en mosaicos romanos, algunos de los cuales podemos disfrutar en su Museo Arqueológico, contaba con la admiración del artista y de allí surgieron grandes encargos. Son algunos ejemplos: el mosaico para la fábrica de Galletas Loste; el mural y las fabulosas vidrieras del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús; el ábside del Santuario de la Virgen de Loreto formado por un mosaico y grandes vidrieras; o el mural para un concesionario de coches.
En Madrid, realiza un sinfín de obras, la mayoría de ellas religiosas como la Parroquia de San Agustín en El Viso en 1958, la Virgen y los Apóstoles para la Parroquia de la Asunción de 1961, la Cúpula de la Parroquia de S. Francisco de Sales, Colegio Salesianos en el 65. Del 68 es el gran mosaico que decorará la Basílica de Jesús de Medinaceli.
También recibirá muchos encargos civiles como el mural vertical para la fachada del Hotel Carlton del año 59 en el que deja plasmado los edificios mas representativos de la geografía española. En el 67 finaliza el encargo del mural homenaje al elemento gráfico para Industrias Gráficas y de 1970 es el Mural de las Monedas para una entidad bancaria de la ciudad de Terrassa, entre otros muchos.
Cada vez es mas reconocido dentro de los círculos artísticos y son muchos los encargos que le llegan a través de coleccionistas privados que quieren para su domicilio, empresa e incluso mausoleo, un mural en mosaico o vidriera de Santiago Padrós.
Su fama traspasa fronteras y no sólo trabaja por España, en el 64 sus mosaicos llegan a la India, Cincinnati, Puerto Rico, Ginebra etc.
En 1969 termina la decoración total de la capilla mayor de la concatedral de Vigo. Del 70 es el panteón del cementerio de El Pardo y la capilla de la Cripta del Tercio de Montserrat.
Fue precisamente volviendo de Montserrat el 1º de Mayo de 1971 donde perderá la vida, en un desgraciado accidente, cuando contaba únicamente 52 años. Será enterrado en su amada Cataluña, en el cementerio del Vendrell bajo una lápida con su autorretrato y serán los "Castellers" -Els nens del Vendrell- los que llevarán en hombros su féretro.
La pasión que ponía en todos sus proyectos unido a su enorme capacidad de trabajo ha hecho que en tan sólo 30 años de vida profesional nos haya podido dejar un legado artístico inmensurable formado por mas de 160 obras en su mayoría monumentales. Por todo ello es considerado, sin duda, el mejor y mas grande mosaísta del siglo XX.
La influencia de la estética de Eugenio D'Ors y el "noucentismo" es decisiva. Xenius reserva para Sant-Yago los elogios que destina a sus elegidos: "Gran figura. Con su barba a lo milanés; con sus ojos fulgurantes, a lo bereber de todos los tiempos; con una inspiración bebida en Múnich o en Bizancio y con su habilidad, ejercitada en los materiales oficios, Santiago Padrós puede a la vez estructurar entidades de vivaz porvenir y obrar mosaicos de tradicional esplendor. Firme en la posición de su novecentismo, la propia de hombre del siglo XX, aquí el artista no ha vacilado en recabar para sí a un tiempo la magistratura, el magisterio y la maestría". "El arte de Padrós se mueve entre símbolos que a eternidad trasciende. Su reino no es el de lo sensual; el de lo abstracto menos. Sino el de la idea, o, lo que es lo mismo, el de la figura".
A su regreso de Italia en 1947, Padrós es invitado a exponer su obra en el "Salón de los Once", en el Museo de Arte Moderno de Madrid, donde participará en dos ocasiones mas.
Los encargos, casi siempre monumentales, afluyen constantemente a su taller de Terrassa, que pronto resultará insuficiente y tendrá que abrir otro en Molins de Rey donde posteriormente montarán los hornos para la fabricación del vidrio.
Los estudiosos de su obra hemos tenido la inmensa suerte de contar con todo un archivo de bocetos, recortes de prensa y fotografías recopilado por su esposa Montserrat Pascó, de los cuales, actualmente son depositarios sus sobrinos Eugenio y Rosario Padrós Alavedra.
Diseño y mantenimiento de pagina: R. Padrós
Ultima actualización: Dic.24
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